viernes, 22 de mayo de 2015

Entrevista con El Gato Trotero

GATO TROTERO:  Bienvenido a este Tejado Antonio, y enhorabuena por su última novela, una más en su ya larga trayectoria literaria ¿Cómo ha sido este nuevo alumbramiento? ¿Se pierden los nervios de las primeras veces o cada nuevo libro es como si fuera  el primero? ¿Con la experiencia se pierde parte de aquella emoción inicial, Antonio? 

Ha sido muy especial, al igual que el resto de alumbramientos. La emoción sigue intacta, como cuando un padre espera el nacimiento de su tercer o cuarto hijo, que sigue igual de ilusionado que cuando nació el primero. Evidentemente tienes más experiencia, es un sentimiento ya conocido, pero el entusiasmo no desaparece.  

GT Cuando le conocí e indagué en su obra, me sorprendió bastante la cantidad de libros escritos  y sobre todo, la amplitud de la franja de edad a la que iban dirigidos; tenemos al Gargallo novelista y al Gargallo “cuentista”, vamos, para adultos y para niños. Sin embargo, tras ese despiste inicial, al conocerle un poco más, he podido constatar que no solo sus libros infantiles son para niños y que sus novelas, en mayor o menor grado, hacen conectar al lector con su  olvidado lado pueril. Me explico. Pocas veces son las que actuamos de adultos sin que nuestra niñez tenga un peso importante en nuestros actos ¿Piensa usted Antonio, que la educación y las experiencias de niños, marcarán nuestra vida de adultos? ¿Deberíamos tener en general, más conciencia sobre cómo educar y tratar a los niños? ¿Sería en ese caso la literatura, una herramienta imprescindible? 

La niñez es una época fundamental en nuestras vidas, cuando forjamos nuestra personalidad y empezamos a construir los pilares de la futura personita en la que nos convertiremos. Por ello, la niñez tiene que estar cimentada desde el más profundo respeto dado que los miedos que nos atrapan desde pequeñitos suelen acompañarnos en nuestra vida adulta, en mayor o menor medida. Por tanto, la educación de los niños es muy importante y conviene hacer verdadero hincapié en ella.  

Como diría Aristóteles: “Educa a los niños y no será necesario castigar a los hombres”. Dicho de otro modo, la literatura sí que se puede convertir en un instrumento para favorecer esa educación, dado que los libros son ventanas abiertas que nos pueden enseñar los caminos a seguir y convertirse en grandes herramientas al servicio de la prevención. 

GT: Volviendo al tema edad y sus libros, me gustaría apuntar algo que me ha llamado la atención de sus historias, independientemente de que estén dirigidas a un público infantil o adulto.  Hay algo en común en todas ellas, y es que a través de tramas más o menos complicadas, indudablemente dependiendo de a quién estén dirigidas  −y por mi experiencia leyéndole puedo decir que además, interesantes y bien hiladas− todas tienen un fin, y es el de enseñar  al lector que siempre hay un camino correcto para encaminar nuestros pasos. Pero la línea que separa la educación del sermón, en ocasiones es demasiado fina ¿Cree usted, Antonio, que en alguna ocasión alguien pueda sentirse demasiado aleccionado por sus “recomendaciones” y pueda llegar a obviar la historia en sí para centrarse únicamente en esa sensación de “me están leyendo la cartilla”? Cuando a todos nos tocan nuestras creencias o ideologías, ideas, sentimientos, o como deseemos llamarles, tendemos a cerrarnos en banda a otras cuestiones que también forman parte del mensaje, como en caso de un escritor, su obra. 

Efectivamente, querer tambalear las creencias de una persona supondría poner a esa persona a la defensiva y entrar en un terreno pantanoso de difícil acceso. Por ello conviene escribir con mucho tacto y siempre desde el respeto, sin cuestionar a nadie lo que crea o deje de creer; es decir, se puede mostrar un camino, respetando cualquier otro, y dejar al lector la libertad suficiente para que elija cuál es el camino más indicado a seguir. ¡Sin imposiciones! Y de este modo tal vez descubras nuevos senderos que te llevan a un mundo más feliz. A eso se llama cambio y querer cambiar para mejorar es sano, pero si no se desea ese cambio, no pasa nada, cada cual es libre de vivir como quiera o considere oportuno. 

En mi caso concreto de escritor, evidentemente habrá personas que no les gustará lo que escribo, algo totalmente natural porque no existe una novela que guste a todos, pero yo me quedo con la gente que se pone en contacto conmigo y me dice cosas como: “Gracias a tu libro he visto los colores a la vida”.  

GT: Sus libros, principalmente tienen un fin, que es el Desarrollo personal del individuo, a nivel emocional, psicológico, social, laboral y espiritual; todo ello narrado con claridad, sin lugar para la ambigüedad o la confusión, tengo un mensaje que transmitir y busco la manera más sencilla pero también más lúdica de hacerlo, podrían ser sus palabras. Viene  a ser como se ha contado siempre aquello que se ha querido hacer llegar a la mayor cantidad de gente posible, sin importar ni su edad ni su condición social: las historias, los cuentos, las fábulas, las parábolas. Enseñar entreteniendo ¿Se considera usted más escritor que cuentista, o narrador de historias? ¿Tal vez el peso o la deformación profesional pueden más que su lado de escritor? ¿Se conjugan? ¿O tal vez, no son compatibles y siempre tiene que primar una faceta sobre otra? 

Supongo que cada autor busca un sentido a la hora de plasmar las letras sobre el papel. En mi caso concreto siempre me ha gustado que mis novelas tengan un poso del que poder enriquecerse, si así se desea. Entretener y, a su vez, ayudar a la persona a adquirir el mayor desarrollo personal posible. Afortunadamente, al recibir cientos de mensajes con un feedback positivo e interés por leer mis novelas desde diferentes puntos del mundo, me animan a seguir en esta línea. No obstante, también tengo pensado escribir alguna novela puramente narrativa, sin entrar en el campo de la espiritualidad o el desarrollo personal. ¡Me gusta jugar con las palabras y crear! 

GT: Volviendo a su faceta de profesor. Diplomado  en Educación Física, Inglés y Francés. Una vez más, al igual que en sus libros, se nos ofrece un amplio abanico de sus intereses ¿O al igual que pasa con sus novelas, cuerpo y mente forman un todo y es imposible separar uno de otro si queremos desarrollarnos como personas? Antonio ¿Qué es el Ser Humano para usted, centro o lateral del Universo? Me explico mejor si lo desea ¿Puede el Hombre ser completo sin tenerse  en cuenta más que a sí mismo, un Todo compuesto por cuerpo y mente? ¿Qué papel juega el alma, el espíritu, la energía, el cosmos? Cada cual lo llame como desee…o como lo sienta. 

Para mí el ser humano es como un trípode donde se apoya la espiritualidad, la psicología y el físico. Cuando una de las patas cojea, nos tambaleamos 

La espiritualidad nos permitirá alcanzar esa paz interior que estaría en contacto con Dios, el cosmos, el universo, la energía o como se quiera llamar. Sin paz interior no se puede ser feliz. Puedes estar enamorado, ser rico, poderoso, que si no tienes paz, no serás feliz. Y no me refiero a estar relajado, sino a la paz profunda de la que hablaba Jesús de Nazaret. 

La psicología juega también un rol importantísimo, es decir, que te puedes pasar la vida orando, rezando, contemplando o buscando esa espiritualidad que si no cuidas tu psicología, puedes caer en una profunda depresión y no conseguir salir de ella. Por tanto, para mí se necesita cuidar esa psicología porque para aplicar la espiritualidad vas a tener que tener herramientas psicológicas. Por ejemplo, para mantener una buena espiritualidad vas a tener que aplicar el perdón, de no hacerlo el rencor se convierte en un cuchillo que te perfora el corazón. Tendrás que aplicar técnicas para llevar a cabo ese perdón y conseguir mentalizarte de que si no perdonas en realidad el principal perjudicado eres tú. 

En cuanto al físico, claro, también está ligado al estado psicológico, porque el ejercicio físico libera endorfinas que son los neurotransmisores que nos dan la sensación de bienestar. Cuidarnos físicamente es salud y sinónimo de bienestar, lo contrario ya sabemos lo que es. Cuando estamos enfermos nuestro estado anímico cae y si, por desgracia, tenemos una enfermedad crónica, o fomentas los otros dos pilares o te puedes podrir en vida. Abandonarlos es ir a la deriva sin rumbo ni dirección. 

GT: Antes de adentrarnos en su libro “Ya no hay vuelta atrás”, me gustaría preguntarle algo, curiosa  e inquieta que es una, tal vez de ahí el nombre de este Blog (risas). Está muy de moda el pertenecer a alguna corriente filosófica, doctrina, grupo, seguir ciertas enseñanzas que nos hagan ser mejor personas, que nos conecten con nosotros mismos y el universo, ya sabe, de nuevo mil acepciones para decir una misma cosa: el Ser Humano necesita creer en algo. Sin embargo, si estas creencias vienen de un Oriente Lejano, de unos Indios o Aborígenes primitivos, de dioses ancestrales, deidades inmemoriales, etc., se ven por el Gran Público como formas de vida más cerca del propio ser humano que de un adoctrinamiento impuesto por siglos de tradición religiosa. Sin embargo, toda corriente o filosofía de vida tiene muchos más puntos en común que diferencias unas con otras ¿Lo ve usted así también o piensa que las personas estamos separadas  por  posturas  irreconciliables? ¿Ya no hay vuelta atrás? 

El ser humano tiene una misión en vida: ¡ser feliz! La trascendencia y las creencias religiosas se dan desde nuestros orígenes, aunque la mayoría coinciden en la creencia de un Dios. Un Dios Creador al que en muchas ocasiones los hombres parece que queramos hacer a nuestra medida, de ahí que hayan existido y existan tantas religiones. A veces hasta se mata por imponer ese Dios, ¿verdad? Mataron los cristianos en las Cruzadas, los musulmanes con la Yihad y muchas sectas a lo largo de nuestra historia. ¡No entendieron nada! Pero no se trata de imponer una creencia, se trata de obrar y vivir de forma respetuosa con la naturaleza -la que nos permite vivir en la Tierra-, y con los demás, -con los que convivimos-. 

¡Qué mejor religión, por tanto, que la transmisión de la paz! Independientemente de lo que se crea, pues cuando no existe la paz aparece la esclavitud y no hay sentimiento más bonito que el de la libertad que está enlazado con el amor. 


GT: Ya no hay vuelta atrás. Una novela que sorprende y despierta conciencias, pues se quiera o no, la historia que nos trae usted no te deja indiferente. No sé si siempre que se despierta algo es para tranquilizar o enfurecer a la bestia que se esconde tras la calma que da la rutina, la tradición o el mismo día a día que adormece y hasta atolondra, de tan costumbrista e innato que nos resulta ¿Qué pretendía usted al escribir la novela, Antonio? ¿Qué ha supuesto para usted el resultado final, era lo que esperaba, o ha superado con creces sus expectativas? 

“Ya no hay vuelta atrás” es un canto a la vida, al respeto del ser humano. Todo ser humano es válido y merecedor de vivir su vida y, a ser posible, que lo haga siendo feliz. Sin embargo, algunas vidas se menosprecian y no se valoran, mientras otras se dignifican. ¿Acaso es más digna la vida de un rey que la de un vagabundo? ¿Te despierta dudas la pregunta? Pero ¿y si el vagabundo fueses tú o tu hermano o tu madre o tu padre? ¡Qué más da la condición social! El hombre se ha empeñado en crear una sociedad vertical cuando debería ser horizontal: ¡todos iguales! Pero los más listos, tramposos o miserables, como se quiera llamar –reyes, políticos, etc.-, se adjudican unos privilegios que todos hemos aceptado como válidos. ¿Estamos locos? Pero si cualquier profesión merece el mismo respeto y dignidad que cualquier otra. Sin embargo, al estar en el poder y manipular los medios de comunicación, no les ha resultado complicado domar a la sociedad y ponerla a su servicio. ¡Despertemos!  

Y otra cosa que tengo muy clara en la vida es que el camino del bien es el más recto, el más llano y el más bello. Cuando practicas el mal es como un boomerang que lanzas y te vuelve a ti con tanta fuerza que incluso podría matarte. ¿Qué conseguimos con los actos negativos? ¡Dañar al prójimo! ¿Y qué consigues haciendo daño? Si buscas hacerlo es por algo, ¿no? ¿Por placer de humillar o perjudicar al otro,  verdad? Por tanto queda demostrado que quien siente placer practicando el mal es porque tiene un corazón perverso, de otro modo no se puede explicar ese fuego dañino. Mejor convertirse en gota de agua en el desierto, ya que muchas gotas de agua forman un oasis que puede ayudar al prójimo a saciar su sed. 

GT:  Tenemos un personaje femenino en su novela que representa el mal absoluto, ese monstruo en el que se convierte una persona cuando olvida su lado humano y cuya felicidad solo existe si los demás sufren. Por otro lado nos encontramos con otros personajes principales que hacen lo que deben,  cuya forma de seguir adelante es perdonando aunque cueste y  empatizar con los demás para no solo entenderles, si no comprenderse mejor a ellos mismos. Roles muy claros de quien es quien. Como esas películas mudas en el que el malo era un tipo enorme, de grandes bigotes, dientes sucios y ojos pintados de oscuro, personaje que a pesar de tratarse de cine mudo, te bastaba con verle aparecer en escena para saber que ahí teníamos al villano. Pero en la vida real no siempre es tan fácil identificar a los “malos”, a los ruines, a los farsantes ¿Tenía alguien concreto en su mente cuando perfiló estos personajes, Antonio, detrás de ellos hay personas reales o son un compendio de virtudes y defectos humanos en general? ¿No habrá paz para los malvados? Le aseguro que tengo curiosidad por saber si la realidad supera a la ficción. 

La realidad supera la ficción Y le aseguro que quien practica el mal no tiene paz y no es feliz, sino que plasma su amargura en los demás, buscando que los otros compartan con ella su malestar. Digamos que tienen un lema: “Si yo no soy feliz, tú tampoco”. Y hacen todo lo posible para que la otra persona se sume a esa amargura que al malvado le ahoga por dentro y cuya única satisfacción es conseguir ver reflejado el daño en los demás. ¡Y esa es la razón intrínseca de las personas que practican el mal! 


GT:  Personajes a parte, la trama es espectacular, en mi caso concreto, dejando aparte ciertas cuestiones ideológicas  −en boca de los personajes, por supuesto−  con las que no “comulgo”, el hilo argumental es increíble. Es una auténtica novela negra, un thriller psicológico que puesto en manos de un director norteamericano sería un exitazo en pantalla grande –si, por desgracia para que sea un taquillazo ha de venir de USA – en la cual no falta de nada: el paro, los desahucios, la corrupción política, las redes sociales y con ellas los vacíos legales al respecto, la justicia, la desigualdad social, la familia, la pareja...¿Cómo consigue organizar todos estos temas en su mente, y sobre todo, amalgamarlos para hacer con ellos una novela y conseguir que el lector no acabe desperdigado entre tanta información? ¿Talento o trabajo duro, ambos o alguno más que otro? 

Muchísimas gracias por estas bellas palabras, me honra leerlas y se las agradezco enormemente. El talento y el trabajo son como un coche y la gasolina: ¡sin uno no funciona el otro! 

GT:  Ya no hay vuelta atrás Antonio, así que ahora o nunca ¿Se cuece algo nuevo ya por su cabeza? sin desvelar nada, por supuesto ¿Tendremos una nueva novela o un libro infantil? Mira que si nos sorprende y nos trae algo totalmente distinto…(risilla y mirada entrecerrada, así de curiosa soy yo).

Sí, se cuece una nueva novela de una enorme complejidad para escribirla. ¡Cuánto he aprendido y cuánto estoy gozando escribiéndola!  

Muchas gracias Antonio por su tiempo, su amabilidad, por supuesto enhorabuena por esta novela, he disfrutado enormemente con ella, y no me puedo despedir sin decirle que ha sido un placer conocerle en persona. A pesar de las diferencias de criterio, conocer a un autor tan seguro de sí mismo y sus ideas, siempre enriquece.  


Gracias y espero que hasta pronto. 

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